¿Has llegado alguna vez a estar en una situación que no entiendes ni comprendes? Cuando realmente llegas al punto de no saber que hacer, cuando de verdad llegas a notar que cercanos están tus limites, cuando has intentado todo por ello y te das cuenta de lo débil que eres.
Esta es una sencilla historia de muchas que hay, de las que no se cuentan, de las que aparentemente no parecen tener un buen final, una de las millones de historias que hubo, hay y probablemente habrá en este mundo.
Chico y chica, seres afines, que se entienden como si se conocieran toda la vida.... no hay final sin principio, ellos hablan, se conocen y muy poco a poco cada vez se van haciendo mas importantes el uno para el otro, ríen, lloran, se apoyan... Y llega un momento en el que se acaban necesitando, en el que cada acción de esa persona influye tanto como si su vida dependiera de ello... y va surgiendo la necesidad de algo mas
Es entonces cuando surgen los problemas, cuando empiezan a surgir los muros invisibles que les separan, muros altos y largos, duros como piedras, ellos intentan tocarse pero parece que por alguna razón no son capaces de hacerlo, empiezan a intentar destrozar esos muros como pueden pero es casi indestructible, por mucho que lo intentan no son capaces, chocan, intentan excavar por abajo, intentan evadir por arriba pero el muro....... sigue ahí.......
Después de intentar destruir los muros de diversas formas y ver tan desesperantes resultados acaba cada uno resignándose a aquella realidad tan desalentadora. Después de todo la vida no ha acabado y cada uno por su parte empieza a vivir de la forma que cree mas adecuada. Uno de ellos empieza a intentar centrase en otro tipo de experiencias y en otras personas; y el otro simplemente intenta centrarse en lo que tiene mas cercano... pero obviamente sin olvidarse el uno del otro.. pero el muro no solo impide el acercamiento sino que fomenta el alejamiento ya que cada vez hay mas y mas desconfianza el uno en el otro...
¿Un fin o solo un intermedio?
